Si en vivo pinchas,
amor, como la ortiga,
te cocinaré.
Sierra Morena,
tan suave por tan vieja,
sobrevolada.
Hojas ahogadas.
Rielan luces y sombras
en la piscina.
En la corteza
la estela del caracol
persiste, lenta.
Sangra la zanja
tejoletes y huesos,
restos de vida.
Las mandarinas
anuncian el invierno,
y a las naranjas.
La platanera
sueña volcanes, islas,
en el huerto.
Veo los plumeros,
adivino las cañas,
el cañaveral.
Microculturas. en colaboracción con los microorganismos from Vahida Ramujkic on Vimeo.
Color que huele,
el malva de la malva,
Esta plumilla
suspendida en la tela
escribe el verso.
Al trasluz pende
aún sin sazón.
Las altas copas
beben de nubes bajas
brindando sombra.
Eclosionó.
Rompió la cáscara,
rompió a piar.
Unes espigues,
l´niciu de la fisga.
Milagru del pan.
Sobre el barbecho,
arrostrando sopores,
la canícula…
Libarte lento…
Me apetece tu nectar…
Besarte hondo.
¡Y los piñones,
en su pequeño ataúd
lleno de vida!
Avanzar labor,
y de la necesidad
hacer belleza.
De la cosecha,
para el gasto de casa,
De mayo a junio
me complazco contigo,
fruta primera.
Desnuda el calor
a la compuesta flor
de la cebolla.
rodeado de solteros
¿Dubitativo?
¡Ay gorrioncillo!
¡Sin volar, imposible
volver al nido!
Sin ruido haces,
avispa minúscula,
Amarilleando,
bien guardas el secreto,
rojo tomate.
Espiga sola,
el trigal se entretiene,
tu te desmarcas.
Modestamente
posas, ágil hipérbole,
probando el plinto.
Fuera de lugar,
acapara miradas,
Imperturbable.
Mi camarada,
compañero de vuelo,
amigo mío...
Marchita la flor
toma el fruto el relevo
a la belleza.
Enraíza el trigo
cuando aprieta el frío,
tupido verde.
Ruido y lodo.
El río desbordado
me paraliza.
En los pétalos
prenden gotas de lluvia
como lágrimas.
Arrebujado
en edredón de nubes,
el invierno.
Empezamos un calendario, cuatro fotos por mes, que corresponden al mismo periodo del año 2010, y un haicu. Pretendemos así retener el paso del tiempo, embridarlo, recordar.
Doy con la Tierra
una vuelta a la órbita,
despido, topo.