Están de paso en Culturhaza, se quedan un tiempo limitado pero suficiente para establecer vinculaciones que después de la separación permiten esperar el reencuentro.
Introducen lo extraordinario en lo cotidiano siguiendo el ritmo que impone el cuidado de los animales y de las plantas mientras hacen lo que desean hacer, aprender o crear.
Unos prefieren a los perros, a otros los prefieren los gatos, a todos los anuncia el rebuzno de Pelayo cuando llegan a la casa.
Nos sentimos felices por recibir a estos visitantes que nos acercan a otros lugares y que encuentran aquí su lugar.
Nos dejan un retrato breve e intenso, su imagen con su voz, su música...una foto sonora que compartimos a través de este blog.